¿Qué es la ansiedad?
En los últimos años, la palabra “ansiedad” ha comenzado a utilizarse con mayor frecuencia, sin embargo, esto ha provocado la distorsión de su significado y las verdaderas implicaciones de padecer un Trastorno de ansiedad o Ansiedad Clínica, así que conozcamos un poco más de ella:
Aunque existen diferentes trastornos de ansiedad todos están caracterizados por el miedo y preocupación excesivos ante situaciones en las que no siempre hay evidencia de un peligro real.
La ansiedad puede entenderse como un estado cognitivo-conductual-fisiológico persistente en el cual existe una respuesta anticipada (a veces excesiva) para lo que se percibe como una amenaza futura, sea real o no. Aunque es normal preocuparnos por ciertas cosas o eventos del futuro, la ansiedad podría conducir a preocuparse más de lo debido, a sentirse fuera de control, con incertidumbre, vulnerabilidad y aversión, por lo que, a veces caemos en la necesidad de querer tener el control sobre todo, o al contrario, evitar a toda costa situaciones inciertas e incómodas.
Cabe resaltar que la ansiedad no necesariamente es negativa, ya que tiene un origen evolutivo dentro del desarrollo humano, en este caso el miedo es una emoción que es parte constitutiva de la ansiedad y tiene la función adaptativa de protegernos física, mental y emocionalmente, este se detona de algún factor que nos hace sentir en peligro y nos prepara para enfrentar dicho riesgo o huir de él. El miedo se torna desadaptativo y se convierte en ansiedad cuando se detona en niveles altos ante riesgos que no son tan graves o incluso no son reales al grado de perturbar nuestro razonamiento lo que en general termina por afectar nuestra vida cotidiana e incluso nuestras relaciones.
Trastornos de ansiedad
Estos dependen del tipo de objetos o situaciones que la desencadenan. Es probable que se experimenten características de varios tipos de ansiedad, e incluso tener otros trastornos asociados como la depresión, TLP, TDAH, etc. (que es a lo que llamamos comorbilidad). Estos son algunos ejemplos:
Trastorno de ansiedad por separación: el miedo o angustia al separarse de un ser a quien se le tiene mucho apego, generalmente sucede en la infancia.
Mutismo selectivo: incapacidad para hablar, solamente en ciertos contextos, como en la escuela, en público o específicamente con mujeres u hombres.
Fobias específicas: miedo abrumador y/o evitación casi incontrolable hacia ciertas situaciones u objetos en específico.
Trastorno de ansiedad social: Deriva del miedo a ser observado, juzgado o humillado por otras personas por lo que se evita estar en reuniones, eventos públicos o ser el foco de atención.
Trastorno de ansiedad generalizada: Esta se debe a la preocupación persistente y excesiva sobre varios ámbitos como pueden ser la escuela, el trabajo, la inseguridad, la violencia, la economía, etc., los cuales se presentan, por lo general, fuera del rango de control individual.
Causas de la ansiedad
“En la mayoría de los casos la ansiedad se desarrolla en el contexto de presiones, demandas y estreses fluctuantes de la vida cotidiana”.
- Clark y Beck (2010)
No hay causas generales definidas, pero si hay un acuerdo en los factores pueden influir en el desarrollo de la ansiedad clínica.
En principio tenemos el factor cultural o familiar, podríamos tener un contexto que no provee seguridad, certeza o confianza lo cual generaría incertidumbre desde muy temprana edad. Por otro lado, están las exigencias y expectativas que tiene el mundo, amigos o familia de nosotros, por ejemplo: terminar una carrera, desarrollar ciertas habilidades como bailar, practicar algún deporte, saber cocinar, obtener buenas calificaciones; compartir las mismas creencias como tener la misma religión, votar por el mismo partido político o tener metas de vida tradicionales como pueden ser tener un trabajo relacionado con tu profesión, casarse, tener hijos, comprar una casa, etc.. Con esto no queremos decir que estas por sí solas sean malas, simplemente si no es lo que queremos o lo estamos haciendo de una forma más lenta o diferente a lo esperado socialmente puede llevarnos a sentir presión y frustración al no poder o no querer cumplir con estas demandas.
Otro factor que puede influir fuertemente es el de las condiciones del espacio público, por ejemplo: la inseguridad en las calles, la violencia, las multitudes o la incertidumbre en el ámbito político, son situaciones con las cuales podemos llegar a sentirnos vulnerables constantemente.
Por otra parte, el ritmo de vida actual y la economía igualmente influyen en la calidad de vida de las personas, existen quienes siempre están corriendo del trabajo a la casa y de la casa al trabajo, quienes no duermen por tener tantos pendientes por resolver, quienes a pesar de trabajar mucho no ganan lo suficiente para satisfacer todas sus necesidades o las de su familia o incluso quienes no tienen un trabajo etc.. Si bien estos son factores que no dependen de cada persona, si influyen mucho en su estabilidad física y emocional.
Síntomas de ansiedad
Estos son algunos ejemplos de los síntomas que se pueden presentar si estás experimentando ansiedad. Puedes tener algunos o varios de estos síntomas los cuales podríamos clasificar en físicos, emocionales y cognitivos. Es importante considerar la frecuencia e intensidad de los síntomas que puede variar en cada persona, al punto en que se pueden “normalizar” y darles importancia hasta que tus relaciones y cotidianidad se ven afectadas.
Síntomas físicos
- Temblores en manos, piernas, cabeza o cuerpo en general.
- Náuseas o mareos
- Aturdimiento
- Respiración y ritmo cardiaco agitados
- Morderse uñas, labios, cabello
- Sudoración en manos, pies o cuerpo en general.
- Dolores de cabeza y musculares
- Alteración del sistema digestivo (Colitis nerviosa, gastritis, reflujo)
- Cansancio
- Dificultad para dormir
Síntomas emocionales
- Irritabilidad o explosiones de enojo
- Miedo a perder el control
- Miedo a morir o al daño físico
- Llorar con facilidad o constantemente
- Frustración por no poder realizar distintas actividades
- Culpa por no complacer las expectativas y exigencias de todos
Síntomas cognitivos
- Probables ideas de insuficiencia o fracaso
- Agotamiento mental
- Dificultad para concentrarse
- Dificultad para retener información
- Sobrepensar siempre las cosas antes de decidir o incluso ser incapaz de tomar decisiones
- Evitar a toda costa conflictos o situaciones de incomodidad
Terapia Cognitivo Conductual: Diagnóstico y tratamiento de la ansiedad
Uno de los principios de la Terapia Cognitivo Conductual consiste en que no son las situaciones las que nos provocan ciertos síntomas sino la percepción que tenemos de dichas situaciones lo que desencadena ciertas respuestas en nosotros, por ello es importante saber cuáles son los síntomas, cuál es su intensidad, qué situaciones los detonan y sobre todo qué pensamientos subyacen de estas situaciones y cuáles son las conductas que se llevan a cabo, ya que están intrínsecamente relacionadas.
Desde la terapia cognitivo conductual lograrás identificar algunos patrones de pensamiento que pueden estar afectando tu percepción de la realidad y provocando ansiedad en ti, estos son llamados de forma técnica “Distorsiones Cognitivas” veamos solamente algunos:
Distorsión Cognitiva
Cómo se presenta en la vida diaria
Pensamiento todo o nada
Es una forma de pensar muy polarizada, es decir, todo es negro o todo es blanco, pero dificilmente se encuentra un área gris: “Mi pareja no responde mis mensajes, creo que no me ama”, “Cometí un error el trabajo, seguro me van a correr”
Filtro mental
Se trata de filtrar las cosas y solo enfocarse o quedarse con lo negativo dejando a un lado las cosas positivas: “Todo el día hice mandados pero no los termine todos, soy inutil”, “Termine una carrera, pero no tengo empleo, soy un fracaso total”.
Saltar a conclusiones
• La lectura del pensamiento: Creer que sabemos lo que están pensando las personas de nosotros y generalmente creer que nos están juzgando y despreciando “Seguro se están riendo de mí”, “Estoy seguro de que no les caigo bien”
• La adivinación del porvenir: Pensar que podemos predecir el futuro y creer que todo va salir mal, siempre pensar en el peor escenario posible “Vamos a viajar en carretera seguro vamos a tener un accidente” “El examen va estar tan difícil que voy a reprobar”.
Afirmaciones del tipo “Debería”
Nos criticamos a nosotros o a otras personas con basé en lo que socialmente se supone deberíamos hacer: “debería estar trabajando en lugar de descansar” “debería estudiar cierta carrera porque eso quieren mis papás” “debería casarme”.
Como mencionamos, el objetivo no es aliviar los síntomas en sí, más bien se busca identificar, entender y transformar la forma en que pensamos para poder cambiar nuestras respuestas emocionales y la forma en la que procesamos la información de modo que esta sea más dócil y menos amenazadora. En el tratamiento se te guiará y acompañará para poder hacerle frente a la mayor parte de tus miedos en lugar de evitar o huir de las situaciones que te agobian, poder expresar asertivamente tus emociones y pensamientos sin sentir culpa, poner límites, buscar soluciones prácticas y cuidar de ti, en otras palabras, a no dejar que el miedo frene tu vida.
Tratamiento farmacológico
Cuando a pesar de estar tomando terapia y siguiendo las recomendaciones sigues experimentando ansiedad en niveles altos se puede optar por sumar un tratamiento psiquiátrico con fármacos, los más comunes son los ansiolíticos y antidepresivos que pueden ayudarte a tener mayor regulación química a nivel cerebral, estos siempre deben ser recetados por un o una psiquiatra certificada quien también supervisará tu tratamiento haciendo ajustes, en los casos que lo requieran, hasta encontrar la dosis y medicamento adecuado para ti. Al principio te puede parecer drástico pero realmente es como atender médicamente cualquier otro padecimiento como la presión arterial alta, migrañas o infecciones persistentes, es algo normal y está bien, estás haciendo lo necesario para mejorar tu calidad de vida.
Comentarios finales
Probablemente te identificaste con alguno o varios de los síntomas y distorsiones cognitivas anteriores, evita autodiagnosticarte o minimizar tus síntomas y malestares, recuerda que es necesario que tanto el diagnóstico como el tratamiento sea realizado por un o una profesional de la salud mental, con bases teóricas y científicas que puedan brindar información más específica sobre tu situación en particular y por lo tanto ayudar a orientar tu tratamiento de forma personalizada.
Padecer ansiedad puede sentirse como una tortura diaria pero existe solución, siempre puedes pedir ayuda y recibir la atención adecuada.