A escasos 17 días de inicio de año, y aprovechando el material de investigación que hemos recabado para el pódcast de “psique en corto” me parece una buena oportunidad para compartir algunas ideas interesantes para quien tome el año nuevo como oportunidad de integrar cambios y mejoras en su estilo de vida.
Mide la productividad con tus propias metas y parámetros.
Dentro de esta idea, me gustaría resaltar que si bien para muchas personas el inicio de año es motivo para considerar emprender nuevos proyectos o simplemente plantear mejoras en su persona y su vida en general, este no es el único momento en que puedes hacerlo. Siempre puedes replantear tus actitudes, comportamientos, pensamientos, metas, recursos, formas, etc.
Tomando en cuenta lo anterior, si estás planteando integrar nuevas cosas en tu vida a partir del inicio de año, puedes tomar en cuenta algunos puntos que te ayudarían a cumplir tus objetivos o en el peor de los casos a replantearlos.
- Sé realista con tus metas. Es esencial para mantenerte comprometido a tus objetivos, plantear metas posibles y logrables. No está mal fijarte metas altas, pero evita plantearlas de forma que parezcan más una fantasía, que una meta.
- Plantea metas pequeñas para objetivos ambiciosos. Puede ser abrumador plantear un gran objetivo sin tener idea de cómo alcanzarlo. Si divides tus objetivos por metas más pequeñas, obtienes una sensación de logro al observar que las vas realizando, aun si no has llegado al final del proceso.
- El fracaso es una posibilidad. Aquí retomo la importancia de considerar otros momentos en el año, y en la vida en general, para replantear objetivos y el sentido de vida. La sensación de fracaso puede estar presente en el proceso de mejora, pero no debes dejar que te estanque. Si una oportunidad se te va puedes, ¡debes!, levantarte para buscar nuevas, o quizás te des cuenta de que hay objetivos que ya debiste haber cumplido y te sientes decepcionado, entonces, si lo consideras prudente, debes replantearlos según las condiciones y los recursos que tienes disponibles en ese momento.
- Habrá situaciones fuera de tu control que obstaculizarán tus objetivos. No vale la pena lamentarse demasiado por esos elementos ajenos a tu responsabilidad. Hazte cargo de tu progreso, asegúrate de dar lo mejor de ti, busca soluciones y no te detengas a contemplar problemas de los que no puedes hacerte cargo o que incluso son ajenos, resuelve y sigue adelante.
Crea espacios en los que te sientas cómodo.
Pienso que las personas “amargadas” se quejan demasiado de cosas que pueden cambiar, pero que simplemente no lo hacen.
Nuestro estilo de vida engloba diferentes ámbitos y en cada uno convivimos con diferentes personas y dispone de su propio espacio físico. El trabajo y el hogar son 2 ejemplos muy claros. Pasamos demasiado tiempo ahí como para ser capaces de reconocer lo que podríamos hacer para mejorar dichos espacios. Desde actitudes que hacen que la convivencia con los otros sea más agradable, o menos problemática, hasta hábitos que pueden hacer que nuestro espacio físico (escritorio, cocina, recámara, etc.) nos dote de tranquilidad y paz o, por el contrario, si no estamos cómodos con el espacio físico podría generar ansiedad, tristeza, etc.
Una encuesta de trabajadores de varios sectores en los Estados Unidos, publicada en julio del año pasado, encontró que tener amigos en el trabajo hace que las personas sean más felices, más creativas y más productivas.
Evidentemente, habrá limitantes, cosas de las que no tenemos control y es necesario reconocerlas y buscar adaptar ese proceso de mejora, según nuestros recursos y limitaciones.
Entonces, reconoce algunas cosas que sí estén bajo tu control y que podrían hacer que tu espacio sea, simplemente, mejor para ti, y no me refiero a una mejora radical, deja de buscar atajos, recuerda: “PEQUEÑOS LOGROS, SIGUEN SIENDO LOGROS”. Claro que no sabrás con certeza si esos cambios realmente van a funcionar, pero intentarlo vale la pena.
Aprende a darte crédito y reconocer tus logros.
Puede ser verdaderamente frustrante y triste esforzarte en mejorar y que otros no noten siquiera el esfuerzo. Pero es más frustrante y triste no ser capaz de hacerlo por ti mismo.
Aprende a cuestionar pensamientos negativos, te aseguro que en el proceso de mejora esto juega un papel esencial. Ser en extremo positivo, puede ser peligroso hablando de “mejora”, puesto que podrías no reconocer oportunidades de crecimiento, ya que todo siempre “está bien”. Por el contrario, ser en extremo negativo, también puede ser peligroso, puesto que podrías no reconocer los frutos de tu esfuerzo y no saber identificar cuando has progresado, incluso puede hacer que pierdas esperanza. Ambos extremos puede recaer en lo falso.
Sin embargo, al ser realista, me refiero a desarrollar la capacidad de reconocer errores para corregirlos o evitar cometerlos nuevamente, y también a darte crédito por las cosas que puedes reconocer como resultados de tu esfuerzo, a sentirte satisfecho con aspectos de tu persona, a reconocer que vas por buen camino o que has llegado lejos y que podrías llegar aún más lejos.
Por su puesto es agradable cuando otros pueden reconocer nuestro esfuerzo, pero si no sabes hacerlo tú, no exijas a los demás que lo hagan. Los objetivos que planteemos nosotros debemos evaluarnos nosotros. La retroalimentación del exterior es importante, pero complementaria, nadie conoce tu proceso mejor que tú.
Fuentes.
1. https://www.nature.com/articles/d41586-023-00005-4
2. https://www.nytimes.com/2023/01/03/learning/have-you-made-any-new-years-resolutions.html
3. Taylor, W. C. J. Workplace Behav. Health26, 70–84 (2011).